martes, 20 de enero de 2009

~ Sueño de una Noche de Verano

Luego de mas de un mes sin escribir, vuelvo para redimirme. Bueno, no exactamente, porque no creo que las vacaciones puedan ser consideradas un pecado, ni siquiera en mi caso, o en el de cualquier otro buen vampiro. La verdad es que me hacía falta un poco de tiempo a solas para aclarar mi mente sobre algunas cuestiones personales. Y es que esta Isabel...
Pero no he venido a ventilar mis asuntos. Hoy les tengo preparada una historia que, como curiosidad -o morbosidad, si lo prefieren-, retrocede hasta mis mismísimos recuerdos humanos. Un recuerdo humano, siendo más exacto. Uno de los últimos que tendría en mi existencia, aún sin saberlo yo. E, incluso, más que un recuerdo, me parece algo así como el sueño de un sueño, o la sombra de una idea...

Ah, lo olvidaba. Cabe mencionar que el título en realidad no tiene mucho que ver con mi historia. Esta ni siquiera pasó en verano, o no totalmente, por lo menos. Pero la sensación de una"ilusión que hace ver las cosas dobles" (Oh, dulce Hermia), es similiar a la descrita por Shakespeare en su clásico. Y en su clásico se inspiró la maravillosa Meyer para escribir la historia del cambio de Bella, de ser humano a ser inmortal...Historia que me pone algo nostálgico.

Pero basta de vaguedades. Ustedes limítense a leer, y me entenderán.

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Producto de una apresurada organización, me hallaba de nuevo en la plaza de Quillota, esperando a los Fanpires que se nos unirían a ver por milésima vez la película de nuestra historia de vampiros favorita. Dado que definitivamente la puntualidad no es el punto fuerte de Isabel, esperaba a pleno sol -lo que no me tenía de muy buen humor- a los restantes asistentes, junto a Grimm y a Eduarda Trini, hablando de trivialidades como las gitanas o viajes a Inglaterra. Mientras buscaba con la vista las siluetas de nuestros amigos, mi mente volvía constantemente a mi prima, Lizzie; y a una amiga que vendría con ella a ver la película, interesada por los rumores, pero sin haberse leído realmente el libro. Mi prima en cambio, era harina de otro costal. Durante su estadía en mi casa, me había encargado personalmente de su iniciación, sabiendo que resultaría una gran fanpire, y por esto me preocupaba especialmente que ella viera la película: eso terminaría de completar su transformación. Ahora bien, nuestra amiga Natalia también prometía. Era como matar dos pájaros de un tiro.

Habíamos tenido un par de problemas para ir todos juntos, así que yo tuve que venirme solo primero y encargarme de guardarles dos butacas a mi lado. Por eso me alegré bastante cuando las vi entrar a la sala de cine, aunque la película ya hubiera comenzado hace rato. Se sentaron junto a mí, y dejé que comenzara la fanpirización.

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La salida del cine fue animosa, aunque quizás un poco decepcionada de parte de algunos. Incluyéndome. La culpa no era, por cierto, de la película (siendo mi cuarta vez de haberla visto), si no de las voces del doblaje latino. Se pierde un poco la magia de la historia si Edward tiene voz de galán jubilado, y Bella de ama de casa cuarentona. En fin, nada es perfecto.
Escribimos nuestros nombres en una linda cartulina hecha por Isabel para la ocasión, y luego de sentarnos brevemente para una reunión flash, comenzamos a separarnos. Mi amiga Natalia había adorado a la película (en su mayor parte gracias a Edward), lo cual lo consideraba un éxito.
Así, en poco rato, sólo quedamos Lizzie, Manzanita II, Vane y yo. Caminando hacia nuestra casa, conversaba con Lizzie sobre sus impresiones de la película y el libro. Esto despertó algunos recuerdos bastante bien guardados en mi mente, y en un flashback digno del Willy Wonka de Burton, vívidamente pasaron frente a mí imágenes de mi iniciación. Imágenes humanas...

"...No podía dormir. Intranquila, me daba vueltas y vueltas en la cama. Y aunque había pasado horas frente a la pantalla del computador, no podía calmar mis ansias: necesitaba seguir leyendo.
Como una especie de mantra masoquista
-porque yo misma no me dejaba dormir- se repetía la misma pregunta en mi interior: ¿Es Edward realmente sólo un monstruo adorable, o podrá resistirse...? Esperaba en que la segunda parte de mi pregunta fuera la correcta, y que mi confianza en el vampiro no fuera infundada, porque, al igual que Bella, yo confiaba ciegamente en él...Aunque si fuera cierto el primer caso, no me importaría morir en sus manos...
Y estos pensamientos de duermevela dieron paso a sueños sin confusos y sin importancia, que de pronto comenzaron a cobrar forma...
Caminaba sola por una calle en la que habían varios autos estacionados. De improviso, a mi derecha aparecen unas escalera que descienden como a un subterráneo, y decido bajar por ellas. Sin saber muy bien cómo, me encuentro en el baño de mi casa. Bueno, realmente no es mi baño: es más grande y espacioso, pero sin embargo
que es mi baño. Aunque casi no me doy cuenta de eso. Por que ahora toda mi atención se centra en el chico que tengo parado delante de mí. Un chico pálido, alto, muy, muy apuesto y de pelo color bronce...
...
que me mira fijamente con sus ojos negros y una semisonrisa en la cara. Yo me quedo mirándolo un poco atontada, hasta que me percato de algo: el chico está sangrando. Unas cuantas gotas de sangre se resbalan por su hermoso rostro desde su frente, dejando un fino rastro rojo. Cuando me acerco a mirar más de cerca, noto que en realidad esta sangrando por todo su cuerpo .Y mientras lo miro, la sangre comienza a caer más copiosamente, no sólo unas cuantas gotas ahora, sino que en el piso comienza a formarse un verdadero charco. En ese momento empiezo a preocuparme seriamente por su salud, aunque el chico no parecía ni inmutarse ante el hecho de que estaba perdiendo algo así como 2 litros de sangre, y seguía mirandome con esa sonrisa en la cara.
- Umm...-dudo un poco, su cara me distrae-Quizás deberías hacer que te examinaran eso- le digo, pensando en que debería de visitar a un médico.
Pero el chico por toda respuesta, ensancha aún más su sonrisa -su hermosa sonrisa- y comienza a reírse silenciosamente.
Sólo cuando el sueño comienza a desvanecerse, me doy cuenta, atónita, que
se está riendo de mí.

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Una de las cosas más frustrantes de toda mi existencia, es que, en el mismo momento en que desperté, comencé a olvidar la cara del chico-angel. Sólol por un momento fui capaz de ver en mi mente sus rasgos perfectos, pero luego, ya nunca más pude recordarla.


~ Adwerd ¨*(S)*¨

Dedicado a: Ailyn, la musa que salta en un pie.

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